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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 27 de febrero de 2011

Si Ud. es el visitante Nº10.000, envíenos un comentario o un mensaje de Acción de Gracias, indicándonos sus peticiones y gracias y desde dónde nos escribe, para agradecer juntos a María Santísima por tantas bendiciones recibidas en estos casi dos años de estar en la red.
Que Dios bendiga abundantemente a todos quienes nos acompañan siempre.
En su homilía del día de hoy, el P. Ricardo remarcó “la necesidad de tener en cuenta a Dios en primer lugar, no porque (lo material) no valga, sino porque nuestro auxilio está en el nombre del Señor”.
“Jesús nos advierte lo perverso que a veces puede ser aquello que nos quita la paz de la presencia de Dios. Nos agitan las necesidades, que a veces no son tales, sino que crean necesidades en nosotros para seguir en este ciclo de compra-venta cada vez más voraz.
Y esto se ve reflejado también en las dificultades que los padres tienen para con sus hijos que se ven en la necesidad y en la angustia de poder cumplir o hacer realidad sus deseos que van detrás de estas ansiedades que no son necesidades primarias. Por eso Jesús advierte que lo primario, lo importante es la confianza en la providencia de Dios, que nos cuida, nos protege y tiene un plan para nosotros.”
“Jesús dice, si el Padre cuida de los pájaros del cielo y de los lirios del campo, cuánto más valemos nosotros, cuanto más nos va a proteger; por eso, por más que acumulemos no vamos agregar un solo instante de vida más de lo que el Señor tiene pensado para nosotros.”
«Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura», dice el Evangelio. Confíen infinitamente en la providencia de Dios. Muchas veces vivimos esa experiencia de no saber cómo vamos a poder cumplir con los compromisos, cómo vamos a salir de alguna situación complicada, y experimentamos también aquello de que ´Dios aprieta pero no ahorca´, en esos momentos aparece una ayuda, un auxilio… Dios que es Padre sabe de esta realidad que vivimos, conoce nuestras necesidades. Confiamos demasiado en nuestras fuerzas, nuestro trabajo y nuestro sacrificio, olvidándonos que estamos dentro del plan de Dios, dentro de su proyecto… por eso Jesús dice busquen primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás viene añadido, viene como consecuencia.
Pidamos al Señor acrecentar nuestra fe que ilumine nuestras inquietudes, nuestras ansiedades, aquello que muchas veces nos quita la paz, pero por sobre todo nos quita de la presencia de Dios. Que así sea.”

domingo, 20 de febrero de 2011

Beatificación de Juan Pablo II

El próximo 1º de mayo, en la Plaza de San Pedro, Su Santidad Benedicto XVI beatificará al Venerable Juan Pablo II.

El 13 de mayo de 2005, el mismo Benedicto XVI anunciaba en la Basílica de San Juan de Letrán el inicio del proceso de beatificación de su predecesor, que comenzó oficialmente el 28 de junio de 2005, dos meses después del fallecimiento del Pontífice, gracias a la dispensa concedida por Benedicto XVI para que la causa pudiera empezar sin necesidad de esperar a los cinco años de rigor que deben transcurrir entre el fallecimiento de una persona y el comienzo de su causa.
Esta dispensa fue concedida también por Juan Pablo II para beatificar a la Madre Teresa de Calcuta, cuyo proceso comenzó menos de dos meses después de su fallecimiento y que fue beatificada seis años después, en octubre de 2003.
El sacerdote polaco Slawomir Oder fue nombrado por Benedicto XVI como postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II y se inclinó por la curación de la religiosa francesa como el milagro que decidiría si el llamado 'Papa viajero' sería elevado a los altares. Juan Pablo II fue nombrado 'Venerable' y reconocidas sus virtudes heroicas el 19 de diciembre del año 2009, el primer paso para el proceso que le llevará a los altares. Después de su beatificación, será necesario un segundo milagro para que sea declarado definitivamente como "santo" y entrar así en la lista de los santos de la Iglesia.

Extraído de www.abc.es

Homilía del Domingo 20 de Febrero de 2011

El P. Ricardo, en su homilía, rescató el verdadero sentido de “alcanzar la santidad” que nos anuncian las Lecturas de hoy (Lev 19, 1-18; 1Cor 3, 16-23; Mt 5, 38-48).
“No por estar más cerca de lo Sagrado, ir a Misa o rezar mucho nos garantiza la santidad –dijo–, a veces nos quedamos sin comprender la realidad de Jesucristo”.
“Para lo judíos entrar al templo y estar en contacto con lo sagrado significaba la purificación, Jesús dice que esto no alcanza, hay que dar un paso más. Él nos habla de las obras de caridad, obras de amor; obras que a veces superan hasta nuestras propias fuerzas. Así se muestra la coherencia entre lo que recibimos en el bautismo y aquello que podemos manifestar.
Muchas personas ponen como excusa el alejarse de la Iglesia porque ven a personas que se dicen cristianas, que rezan o celebran la Misa como cristianos pero no lo manifiestan en obras de amor, de perdón y caridad.
Jesús insiste que la santidad pasa por esa realidad: no basta con amar al que nos ama, tenemos que amar al enemigo y rezar por él. San Pablo dice que por el Bautismo somos hermanos y seguidores de Jesús y por lo tanto en la imitación de Cristo alcanzamos la perfección y a la santidad.
Pidamos al Señor la Gracia de ser coherentes entre lo que realmente ya somos como cristianos y lo que realmente podemos transmitir.”

domingo, 13 de febrero de 2011

Homilía del Domingo 13 de Febrero de 2011

En su homilía del día, el P. Javier comparó a la “Nueva Ley” de Jesús como las márgenes de un río que lo encausan. Si el río se desmadra viene la muerte, la destrucción. La Ley tiene que ser iluminación y guía del camino a seguir, dijo, no una carga, un peso como ocurría con los preceptos y normas de los escribas y fariseos en la época de Jesús, que en nombre de Dios imponían normas a cumplir que eran obsesivas, privando a los judíos de la verdadera libertad que quiere Dios para sus hijos.
Jesús viene, no a romper con la Ley, sino a poner las cosas en su lugar. Esta Nueva Ley que Jesús proclama en lo que se conoce como el Sermón de la Montaña, es mucho más simple que las exigencias a lo que estaban sometidos los judíos, esta Ley nace del interior del corazón, es decir, nace del respeto al prójimo; ver al otro con los ojos de Dios. Esta Ley se resume en pocas palabras: ama tanto y cuanto te gustaría que te amen.
“Si nos enojamos con un vecino es más fácil difamarlo, denunciarlo públicamente, calumniarlo, cuando en realidad lo que pide Jesús es que en el silencio de mi corazón rece por él. Ver al otro como la criatura creada por Dios, y no como “algo” para satisfacer mis apetitos personales.”
“Esta es la Ley de Dios; la Ley del Amor, que nace del corazón del hombre y no del individualismo externo.”
“Pidamos a María, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que en este día, escuchando la Palabra del Señor, descubramos el verdadero sentido de la Ley, no como algo vacío sino como algo que me lleva a Dios y a relacionarme mejor con el prójimo. Que así sea.”

En esta celebración también participamos del Bautismo de Luciana Abigail Cejas.

Nueva adquisición

Con el esfuerzo de toda la comunidad que a contribuido participando de la Cena Patronal que se realiza todos los años y con la compra de los Bonos anuales, la Parroquia Nuestra Señora de La Paz, a la cual pertenece nuestra Capilla, ha adquirido una nueva camioneta destinada exclusivamente a la actividad pastoral de la Parroquia, en reemplazo de la anterior que ya tenía varios años.



Gracias a todos y... FELICITACIONES..!

sábado, 5 de febrero de 2011

Boda

En la noche del 04 de febrero se celebró una nueva boda en nuestra Capilla.

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