se centró en la necesidad de plena confianza en los designios del Señor. "Las dificultades y contrariedades en la vida siempre están y estarán presentes. El miedo es el producto de la falta de fe. En el Evangelio, el mismo Jesús le pregunta a sus dicípulos, y podemos decir que hoy nos interpela a nosotros ¿Porqué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe? La fe no nos hará la vida sin problemas, pero nos permitirá tener otra perspectiva, una mirada desde Dios, desde el final, y así las tormentas que se nos presentan en nuestra vida podrán ser enfrentadas sin miedo, confiados que el Señor del Universo tiene poder sobre el Cielo y la Tierra, y será Él quien ordenará todas las cosas para que nosotros encontremos la calma y la paz. Por eso, pidamos a María, ella que fue modelo de fe y confianza, que inerceda ante su Hijo para que aumente nuestra fe y tener la paz y alcanzar la tranquilidad de que Él nos llevará a puerto seguro."


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