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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 28 de junio de 2009

Homilía del Domingo 28 de Junio

"El Evangelio de hoy pone de manifiesto la contracara de lo que contemplábamos el domingo pasado -comenzó diciendo el P. Máximo en su homilía-. Los dicípulos atemorizados son reprendidos por el Señor por su poca fe, en cambio hoy dos personas se acercan a Jesús, una implorando por la vida de su hija muy enferma, y la otra, una mujer que padece hemorragias desde hace mucho tiempo, piensa que si sólo pudiera tocar el manto de Jesús se sanaría". El Padre resalta la importancia de estos dos hechos narrados por San Marcos: la mujer que en su humildad piensa no ser digna de rogar su sanación al Señor, pero el Maestro siente que alguien lo ha tocado especialmente a pesar de la multitud que lo apretujaba por todos lados y quiere conocer a esa persona de gran fe para reconocerle que "tu fe te ha salvado". A la otra que intercede por su hija a los que todos aseguran que ya está muerta, Jesús le dice: "No temas, basta que creas". "Esto, continúa diciendo el P. Máximo, nos tiene que llevar a pensar que cuánto podría hacer Dios, además de lo que ya hace por nosotros, si tuvieramos más fe y confiáramos más en Él. `No temas´ y `tu fe te ha salvado´ son palabras del Señor, porque Dios no inventó la muerte. Fue el pecado el que introdujo la muerte en nuestra vida. La muerte de la que aquí se habla es la muerte de alejarse de Dios. Esa es la verdadera muerte a la que debemos temer. La muerte física es el paso para alcanzar la verdadera Vida de Dios, no debemos atemorizarnos si en esta vida hemos cumplido con el llamado a la santidad que Dios nos hace a todos. Pidamos al Señor, entonces, que aumente nuestra fe y podamos así dejar más confiadamente nuestras vidas en sus manos", concluyó.

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