
En particular, fue significativa la respuesta que ofreció Emérito al procónsul, tras preguntarle por qué habían violado la orden del emperador. Le dijo: «Sine dominico non possumus», sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades cotidianas y no sucumbir. Después de atroces torturas, los 49 mártires de Abitene fueron asesinados. Confirmaron así, con el derramamiento de sangre, su fe. Murieron, pero vencieron: nosotros les recordamos ahora en la gloria de Cristo resucitado."
Para reflexionar, y rogar todos a Jesús, Señor y Dios nuestro, por intercesión de María, Medianera de todas las Gracias, que su Santo Espíritu ilumine a los Pastores de nuestra amada Iglesia Católica en estos difíciles momentos.
Texto completo de la homilía de Benedicto XVI en www.pionet.org/Iglesia_Catolica/Homilia_congreso_eucaristico_naciona_italiano.htm
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