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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 18 de octubre de 2009

Homilía del Domingo 18 de Octubre

El Padre Ricardo, en su homilía de hoy, relacionó el Evangelio de san Marcos correspondiente al 29º Domingo durante el año, donde Jesús insiste con que “el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos”, con “este cumplimiento de la Palabra de Jesús tan real, tan concreto, tan cotidiano en la entrega de cada madre, que es hacer sagrado el servicio a la vida”.
Aclarando la etimología de la palabra sacrificio, que proviene del griego sacro –sagrado–, que nosotros identificamos con dolor, pesadez, renuncia muy dolorosa, y en realidad hace referencia a “hacer sagrado algo, consagrar algo”, el sacerdote dio real significado a la sacrificada entrega de una madre desde la gestación, la crianza, la educación, y por sobre todo, la oración para que los hijos lleguen a ser hombres de bien.
“Nadie puede desvincularse de su madre para siempre. Recordemos que durante nueve meses todos nos alimentamos de cada latido de su corazón, por eso es imposible olvidarla totalmente, porque en definitiva casi todo de lo que uno está compuesto procede de la gratitud y del sacrificio de una madre”.
Para finalizar, y a partir de las palabras de Jesús que dice: “Sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mi concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados”, el P. Ricardo nos alienta esperanzado: “A tantas madres que han entregado y consagrado su vida al servicio de sus hijos y de otros, cumpliendo así con su función en este mundo, seguramente el Señor las ha destinado a la gloria de la vida eterna”.

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