Al finalizar la Santa Misa el P. Máximo se dirigió a la asamblea agradeciendo, primero a Dios y a quienes lo acompañaron en esta celebración de acción de gracia.
En un breve repaso de su estancia en La Paz, recordó su llega en “momentos difíciles pero que Dios, poco a poco, permitió superar las dificultades”, reconociendo, como lo hizo siempre, que “la obra es de Dios”.
El día de mi designación –dijo- desde octubre de 2003 hasta octubre de 2009, que lejos parecía 2009, y ya pasó. Es importante vivir cada momento que Dios nos permite de la vida con intensidad, la vida pasa muy rápido. No basta con vivir, hay que aprender a vivir, hay que saber vivir aceptando lo que el Señor nos va pidiendo, colocándonos por encima de las pequeñeces que tantas veces nos distraen, remarcó.
“Vine para ser sacerdote. Para eso me eligió el Señor, para eso me formé, para eso vine a esta comunidad, no para otra cosa. No se si lo logré. Esa fue siempre mi intensión, y pido perdón por si algún hermano se sintió herido. Siempre quise el bien para la Iglesia, para la comunidad”.
Finalizó instando a que sigamos acompañando a los sacerdotes y, principalmente, al nuevo párroco, el P. Sergio Jacob, que asumirá, Dios mediante, el próximo sábado 27 de febrero.
Después de la Santa Misa se compartió una cena "a la canasta", sobre calle Italia frente a la parroquia, donde el Padre recibió salutaciones de los distintos grupos parroquiales, capillas y de particulares.
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