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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 14 de febrero de 2010

Homilía 6º Domingo durante el Año

“¡Que difícil es ser feliz en la vida!” comenzó diciendo el P. Javier en su homilía de hoy.
En su desarrollo manifestó que la voluntad y la inteligencia hacen que el hombre busque el bien, porque ese bien es lo que lo va hacer feliz, pero también, por otra parte diferenció que “alegría y felicidad no es lo mismo”, una no implica la otra. Numerosos ejemplos nos demuestran que el tener todo, el estar satisfecho no lleva a la felicidad. Entonces, se pregunta, ¿dónde está la felicidad? ¿dónde está el camino que lleva a la felicidad? Esa felicidad que nos llena aunque no estemos alegre por diversas circunstancias de la vida.
“Hoy el Evangelio nos muestra el camino para esa felicidad: las Bienaventuranzas, esa nueva Ley”, y aquí pidió a la asamblea que reflexionara sobre este mensaje de Jesús, extraño para quienes lo leen ligeramente: Felices los pobres; felices los que tienen hambre; felices los perseguidos.
Explicó, entonces, que Jesús no se refiere a los pobres materiales, sino a los despojados de corazón, a los que no tiene apego por las cosas de este mundo y se brindan desprendidamente al hermano confiando en el Señor. Los que tienen hambre de almas para llevar al Reino serán felices. Los perseguidos por anunciar el Evangelio, y lloran por ello, serán consolados.
Así como están las Bienaventuranzas, Jesús se lamenta por los “ricos”, los “saciados”, los “que están llenos de si mismo” y los “que buscan elogios”, y estos son los que están llenos de sí y por eso “no necesitan de Dios” y se olvidan de los hermanos. No son los ricos materiales, son los soberbios, orgullosos, los que pretenden que se los aplauda por todo cuanto hacen.
Para finalizar, el P. Javier pidió a los presentes leer las Bienaventuranzas (Lc 6, 12), pensarlas y ponerlas en prácticas. “La única manera que se va ir encarnando en nosotros esta Ley del Evangelio, y podremos traducir lo que es realmente el verdadero sentido del cristiano”.

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