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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 8 de agosto de 2010

Homilía 19º Domingo durante el año

“El capítulo 12 del Evangelio, san Lucas lo termina con una serie de enseñanzas de Jesús. Iluminado por el Espíritu Santo, pareciera que Lucas se acuerda y escribe todas las parábolas juntas.” –comenzó diciendo el P. Javier en la homilía correspondiente al Domingo XIX durante el año.
Para la reflexión, se detiene en dos aspectos fundamentales de esta Lectura (Lc 12, 32-48), primero “aprovechando que hoy se festeja el Día del Niño” toma las primeras palabras de Jesús: «No temas, pequeño Rebaño».
“Muchas veces, por no decir siempre –dijo– ustedes, chicos, ven en nosotros malos ejemplos. Entonces dirán ¿para qué me voy a preparar para la Primera Comunión o la Confirmación? ¿para qué voy a rezar si mamá y papá se pelean siempre, se pelean mis vecinos, mis amigos?. Por eso Jesús les dice «no teman», «no teman porque el Reino de Dios es para ustedes». Es en la Catequesis donde comienzan a conocer el Amor de Dios. El Amor de ese Reino que ya está entre nosotros y llega a su plenitud en Jesús. Por eso, chicos, no hay que tener miedo. «No teman…», son las palabras que más veces repite Jesús a lo largo de los Evangelios. Jesús sabe que tenemos miedo pero son esas experiencias del Amor de Dios las que nos animan, aún cuando las cruces son difíciles de llevar”
Más adelante se centra en otra frase de Jesús: «Vendan todo y denlos como limosna».
“El «vender todo», en términos de Jesús, es deshacerse de todo aquello que sólo agrega peso a la mochila con la que debemos peregrinar hacia la Casa del Padre: culpas que no son nuestras, trabajo que podríamos compartir con otros, falta de amor, egoísmo y tantas otras cosas en el plano espiritual. Pero también pensemos en lo material. Cuánto nos hemos afanado en el trabajo olvidándonos de la familia. Cuántas veces hemos puesto en la mochila el dios “dinero”, los vicios… y se va haciendo cada vez más pesada. Por eso Jesús nos dice: vendan todo, sáquense ese peso de encima. Y Él mismo nos da el ejemplo. Cuando llevaba la Cruz necesitaba que alguien lo ayudara, y ahora quiere ayudarnos a nosotros, quiere que nos liberemos de esa carga.
Pidamos entonces a Jesús que nos ayude a descubrir esa presencia del Reino entre nosotros, y que sepamos también liberarnos de esa carga para poder caminar sin temor al encuentro de Dios. Que así sea.”

Al finalizar la Santa Misa, los niños del barrio fueron agasajados en su Día con un chocolate que se sirvió en el Salón Comunitario de la Capilla.

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