“El Evangelio de hoy nos habla de Luz, Esplendor, y la Palabra que anuncia y los pastores, en su ignorancia, acuden al llamado más por curiosidad que por fe pero al ver al Niño creen y quedan maravillados. Los magos de oriente, no creyentes, por las señales del cielo llegaron a Belén y adoraron el Niño y creen en esa paradoja de Dios, la Palabra hecha un recién nacido que no habla pero que se hace presente cumpliendo la Promesa del Padre. Y en esta venida no hay aplausos, caos… la Gloria de Dios no pasa por lo superficial sino por lo profundo de la presencia de Dios que debe transformarnos interiormente para vivir este nacimiento con fe, con un corazón humilde, dispuesto a vivir esta realidad en nuestra vida”.
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lunes, 3 de enero de 2011
Homilía del Domingo 02 de Enero de 2011
“El Evangelio de hoy nos habla de Luz, Esplendor, y la Palabra que anuncia y los pastores, en su ignorancia, acuden al llamado más por curiosidad que por fe pero al ver al Niño creen y quedan maravillados. Los magos de oriente, no creyentes, por las señales del cielo llegaron a Belén y adoraron el Niño y creen en esa paradoja de Dios, la Palabra hecha un recién nacido que no habla pero que se hace presente cumpliendo la Promesa del Padre. Y en esta venida no hay aplausos, caos… la Gloria de Dios no pasa por lo superficial sino por lo profundo de la presencia de Dios que debe transformarnos interiormente para vivir este nacimiento con fe, con un corazón humilde, dispuesto a vivir esta realidad en nuestra vida”.
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