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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 17 de abril de 2011

Homilía del Domingo de Ramos

“Más allá de lo extenso de las Lecturas de hoy, lo importante es llegar a comprender el significado de «Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo»”, comenzó diciendo en su homilía el P. Lionel.
“Primero vemos con qué algarabía reciben a Jesús como Rey. Allí en Jerusalén salieron muchos niños a recibirlo, cuenta la historia. Ellos en su inocencia están muchos más cerca del Señor y entienden las cosas de Dios mucho más rápido, mucho más simple que nosotros los mayores, y también en aquel momento son capaces de reconocer el verdadero Reinado de Jesús, no como los adultos que esperaban un mesías político que los liberara del sometimiento en el que se encontraban. Ellos sólo esperaban una liberación terrenal y temporal, pero Jesús no viene a darnos esa libertad sino a liberarnos de la esclavitud que trae el pecado. Por eso es importante «ser como niños» para poder entender y aceptar a Jesús que viene a Reinar en nuestros corazones, a ser Rey de nuestras vidas… de ¡todo! cuanto hagamos en esta vida. Es en Él donde encontramos el verdadero sentido de nuestra existencia”
También explicó el motivo por el cual Jesús se traslada a Jerusalén para vivir su Pasión. “Allí estaba el Templo donde habitaba Dios. Existían otras capillas llamadas sinagogas pero para los Judíos «Dios vivían en el Templo de Jerusalén». Jesús se traslada al centro del culto judío para instaurar un nuevo y verdadero lugar de encuentro entre Dios y los hombres. Ya no existe un lugar físico, es a través de Jesús que nos encontramos con Dios. Es toda su persona, Cuerpo y Alma, el nuevo lugar donde Dios habita y se hace presente una vez y para siempre.”
Para finalizar, recordó la importancia de esta Semana, “la más importante de los cristianos”, y dijo, “no importa tanto si hago o dejo de hacer ayuno o abstinencia, por supuesto que eso ayuda –aclaró-, pero lo verdaderamente importante es que meditemos y guardemos en nuestro corazón lo que Jesús vivió y nos regaló en esta semana: su vida para que tengamos Vida Eterna, y además, por amor también, se quiso quedar para siempre en la Eucaristía, en el Sacerdocio y en el servicio a los hermanos el Jueves; el Viernes muere por amor a nosotros y también por amor resucita una vez y para siempre garantizándonos Vida para siempre.
Quiera Dios que en esa expresión de Felices Pascuas que nos deseemos el próximo domingo no sea solo eso: un deseo, sino un verdadero resucitar al hombre nuevo, muriendo al mal carácter, al egoísmo, la falta de fe, la soberbia… cada uno sabrá a que tiene que morir para poder resucitar junto a Jesús. Amén.”

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