Jesús, en la Última Cena, instituye dos Sacramentos: la Eucaristía y el Orden Sagrado. Además da a sus discípulos un ejemplo de servicio desconcertante: les lava los pies, tarea destinada a los esclavos. El Maestro y Señor nos dice a todos sus discípulos "Hagan ustedes lo mismo".
También desconcierta a sus apóstoles diciéndole: "Esto es Mi Cuerpo", "Esto es Mi Sangre", e insiste "Hagan esto en mi memoria".
¡Cuántos signos! ¡Cuánto misterio en sus palabras! Aún hoy, dos mil años después, debemos seguir meditando profundamente para poder comprender todo el amor y todas las enseñanzas depositadas antes, durante y después de la Cruz.
La Santa Misa de la Cena del Señor se celebró en una capilla cercana a la nuestra: Santa Rita.
El P. Javier, antes de la celebración, Consagró nuevas vestiduras destinadas al Culto.
Después del Lavatorio de los Pies, los "apóstoles" subieron al Altar para acompañar al Sacerdote durante la Consagración.
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