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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

lunes, 29 de junio de 2009

Solemnidad de San Pedro y San Pablo

Pedro y Pablo fueron dos hombres muy distintos por su origen y educación. Pedro era pescador, tosco, casi sin instrucción. Pablo era de Tarso, una ciudad de 300.000 habitantes, donde recibió educación judía y conoció la cultura griega. Pedro conoció a Jesús, Pablo no. La tradición cristiana dice que ambos murieron mártires, el mismo día en distinto lugar.

Pablo

Entonces el joven volvió su atención a Saulo, todavía arrodillado en el camino, con los ojos girando sin sentido en todas direcciones, como los ciegos. Era evidente que se había producido en él un gran cambio. Ya no era el arrogante y satisfecho acusador que había interrogado a los testigos durante el juicio a Esteban. En realidad, se parecía más a una persona que acababa de despertar de un sueño aterrador.
Silvano se acercó a Lucas.-El hombre con quien estaba hablando se llama Hircano, es miembro del sanedrín -explicó-. Saulo y él iban por el camino a Damasco, a continuar su persecución contra los seguidores de Jesús cuando les sucedió algo muy extraño.
-¿Qué pasó?
-No vas a creerlo, Lucas, pero Hircano afirma que un relámpago de luz los detuvo en seco. Luego, Saulo dice haber oído una voz que le decía: "¡Saulo! ¡Saulo! ¿Por qué me persigues?"
-¿La voz de quién?
-Hircano dice que no vio a nadie, pero Saulo parece haberlo oído, porque preguntó: "¿Quién eres, señor?". Y afirma que entonces la misma voz le respondió: "Soy Jesús, a quien persigues. Te es difícil dar coces contra el aguijón".
Fragmentos de "El camino de Bitinia" de Frank G. Slaughter - Edit. El Ateneo - 2008

Pedro

"¡Hemos hallado al Mesías!" "¿El Mesías?" Simón no le deja decirlo dos veces. En seguida está junto al Salvador.
"Jesús, fijando en él la vista..." ¡Qué impresión debieron causar en los discípulos esas miradas de Jesús, puesto que el texto sagrado lo indica como un acontecimiento inolvidable!
Más allá del pescador de Galilea veía Jesús a toda su Iglesia hasta el fin de los tiempos. "¡Tú eres Simón, hijo de Juan!" Así como conoce su pasado, también sabe cuál es su porvenir. Simón no se ha repuesto aún de la sorpresa que siente al verse identificado al punto, cuando el Maestro añade: "Tú serás llamado Cefas", es decir, roca, piedra...
Dios otorga a todos los hombres un nombre conforme a los designios que tiene sobre cada uno de ellos y los coloca en un lugar especial en la creación. Dios nos "nombra". Nos "designa". Nos "llama". Nos llama a una tarea; nos señala una función y eso constituye "nuestra vocación".
Fragmentos de "Simón Pedro" de Georges Chevrot - Ediciones Rialp - 1991

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