
Ellos se acercaban al ocaso de la vida sin descendencia pero la tardanza no ahogaba los anhelos de Joaquín y Ana. Ellos seguían rezando con esperanza. Las oraciones de Ana fueron escuchadas. Un ángel -según algunos el mismo de la Anunciación- se aparece a Ana en la Puerta Dorada del templo y le profetiza el nacimiento de una Niña que se llamará Maria y será la predilecta del Señor.
En el seno estéril de Ana germinó la plenitud de la gracia. En sus entrañas se realizó el sublime misterio de la Concepción Inmaculada de Maria "prodigio de prodigios y abismo de milagros", dice el Damascebo. "Santa tierra estéril, que al cabo produjo, toda la abundancia, que sustenta el mundo", según se expresa Miguel de Cervantes en "La Gitanilla" .
Todos los antiguos anhelos se habían condensado en Joaquín y Ana, en ellos se iban a cumplir las promesas. Fueron los padres dichosos de la niña Maria, que Dios luego la haría su Madre y nuestra Madre.

A todos nuestros amados abuelos el más caluroso abrazo en su día, y una plegaria a Dios Nuestro Señor para que sepamos reconocer en ellos fuente de sabiduría y no olvidemos nunca el respeto que debemos a nuestros mayores.
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