
También se lo recuerda por sus aportes a la música sagrada y a la liturgia y la reforma de la liturgia de las horas.
Permitió la comunión diaria a todos los fieles y cambió la costumbre de la primera comunión: para que los niños pudieran recibirla a partir de los 7 años.
Impulsó la enseñanza del Catecismo porque sabía que apartar de la ignorancia religiosa era el inicio del camino para recuperar la fe que en muchos se iba debilitando y perdiendo.
Murió el día 20 de agosto del año 1914.
"Era uno de esos hombres elegidos, de los que hay pocos, con una personalidad irresistible. Todos tenían que sentirse conmovidos por su absoluta sencillez y su bondad angelical. Sin embargo, era algo más lo que le hacía entrar en todos los corazones; ese "algo" se puede definir mejor al observar que todo aquél que fue admitido a su presencia salió con la profunda convicción de haber estado frente a un santo. Y, entre más se sabe sobre él, mayor fuerza adquiere esta convicción".
-Baron von Pastor, historiador, sobre el Papa Pío X
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