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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

martes, 11 de agosto de 2009

Santa Clara de Asís

Nació en Asís, Italia, en 1193. El Domingo de Ramos del año 1212, a medianoche, acompañada de una sirvienta, salió secretamente de su casa, y se fue a dos kilómetros de distancia, donde San Francisco la estaba aguardando, el cual salió a recibirla junto con sus frailes, llevando todos lámparas encendidas y cantando de alegría.
El santo, como primer paso, tomó unas tijeras y le cortó su larga y hermosa cabellera, y le colocó en la cabeza un sencillo manto, y la envió a donde unas religiosas que vivían por allí cerca, a que se fuera preparando para ser una santa monja.
Las Clarisas (nombre con que se conoce a las monjas de la Orden fundada por Santa Clara) no usaban medias, ni calzado, se abstenían perpetuamente de carne, y sólo hablaban si las obligaba a ello alguna necesidad grave o la caridad. Santa Clara ayunaba a pan y agua los cuarenta días de cuaresma y los días anteriores a las grandes fiestas. Y muchos días los pasó sin comer ni beber nada. Dormía sobre una dura tabla y por almohada tenía un poco de pasto seco.
Muchas veces le ofrecieran regalos de bienes para asegurar el futuro de sus religiosas, no los quiso aceptar. Al Sumo Pontífice que le ofrecía unas rentas para su convento le escribió: "Santo Padre: le suplico que no me absuelva ni me libre de la obligación que tengo de ser pobre como lo fue Jesucristo". A quienes le decían que había que pensar en el futuro, les respondía con aquellas palabras de Jesús: "Mi padre celestial que alimenta a las avecillas del campo, nos sabrá alimentar también a nosotros". Hoy las religiosas Clarisas son 18,000 en 1,248 conventos en el mundo.
Veintisiete años estuvo enferma nuestra santa, pero su enfermedad la soportaba con paciencia heroica. El Sumo Pontífice la visitó dos veces y exclamó: "Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado, como la que tiene esta santa monjita". La santa repetía: "Desde que me dediqué a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan".
El 10 de agosto del año 1253 a los 60 años de edad y 41 años de ser religiosa, se fue al cielo a recibir su premio. Un día como hoy fue sepultada.
Santa Clara bendita: no dejes nunca de rogar a Dios por nosotros.

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