
Invitamos a todos a participar de está magnífica forma de acercarnos al Nacimiento, inspiración de San Francisco de Asís. Una manera de tomar contacto con el Jesús vivo, presente entre nosotros y recordar que el mismo Dios se hace pequeño, humilde naciendo en un pesebre. Se hace real, abajado a nuestra condición, a nuestra realidad. ¿Quién no se enternece ante la mirada inocente de un niño? Eso pretende Jesús... tiernizar nuestro corazón para vivir una Navidad más austera, más humilde, más familiar y comprometida con los que menos tienen.
Ojala el verdadero homenajeado en esta Fiesta sea el Señor, el Salvador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario