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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

sábado, 8 de mayo de 2010

Carta de los Obispos Argentinos al Santo Padre

Los obispos argentinos, en la 99º Asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina, al cumplirse cinco años de pontificado de S.S. Benedicto XVI, redactaron una carta, la que fuera enviada al Santo Padre en apoyo a su labor y lamentando "la calumniosa e innoble campaña que ataca a su persona".

Texto completo.
Santo Padre:
Los obispos argentinos, reunidos en asamblea plenaria, queremos saludarlo y manifestar nuestra adhesión a su persona y magisterio, en el quinto aniversario de su pontificado. Nos mueve la fe en Jesucristo, que le ha confiado guiar en comunión al pueblo de Dios hacia la santidad. Agradecemos el servicio apasionado por la verdad, que nos ha brindado en tres encíclicas, y en la sabia enseñanza que nos ayuda a desentrañar las riquezas del Concilio Vaticano II.

Compartimos su dolor y sus lágrimas por las víctimas inocentes de los delitos cometidos por sacerdotes y religiosos. El misterio de iniquidad, que hiere a la humanidad entera, manifiesta la profundidad del mal, y exige humilde arrepentimiento, necesaria conversión y debida reparación. La esperanza que nunca defrauda confía en la misericordia del Padre Dios y en la gracia que redime y renueva el corazón. Admiramos su claridad en la enseñanza ofrecida y su firme valentía en las decisiones adoptadas. Lamentamos la calumniosa e innoble campaña que ataca a su persona. Queremos manifestarle que estamos a su lado.

El año sacerdotal, que agradecemos también a la iniciativa de Su santidad, nos ha hecho valorar de nuevo el don incomparable del sacerdocio, que al decir del Apóstol es un tesoro que llevamos en vasijas de barro. Hacemos memoria de tantos sacerdotes santos que han marcado el camino de la Iglesia, muchos de ellos desconocidos, pero gratos a los ojos de Dios que ve en lo escondido. En nuestro ministerio, queremos alentar y sostener a los presbíteros, valorando la abnegación de sus vidas consagradas. Junto con ellos nos sentimos interpelados a crecer en fidelidad a los dones recibidos, y al compromiso de ser ejemplo de vida evangélica en medio del pueblo de Dios.

De esta fe y esperanza, que ahora renovamos, brota en nuestros corazones un profundo amor hacia Jesucristo y hacia la Iglesia, su Cuerpo y Esposa, nacida del corazón traspasado del Señor en la cruz. Somos simples servidores en esta Iglesia, santa y siempre necesitada de purificación. En su Santidad reconocemos al primer servidor de la comunión eclesial. Por ello, le hacemos llegar nuestro saludo de hijos y hermanos, y el de nuestro pueblo argentino, que lo respeta, ama y reza por sus intensiones.

Damos gracias al Señor que hoy le concede y pide a Su Santidad el amor que reclamaba a Pedro, para que no falte al pueblo el cuidado de sus pastores. Dios lo bendiga y fortalezca. Oramos por sus ministerio, con todos nuetros fieles, y deseamos que el Espíritu Santo le otorgue la felicidad que el Evangelio promete a los creyentes y servidores. Confiamos su persona a María, al Madre de Jesús, nuestra Madre y Señora.

Pilar, Buenos Aires, 22 de abril de 2010.
Los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina.

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