Titulo

¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 15 de agosto de 2010

Homilía 15 de Agosto


En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María en Cuerpo y Alma al Cielo, el P. Sergio recordó que “todos estamos llamados a la santidad”. “Pensemos –dijo– que María antes de ser Madre del Hijo de Dios fue mujer que nació, creció, se esforzó, fue logrando cualidades y virtudes, se formó, trabajó, seguramente tuvo que aprender a leer y escribir, pero siempre escuchando la voz de Dios, respetándola y cumpliéndola con humildad y amor”.
“Por eso, la Asunción debe recordarnos la seguridad de la vida eterna, y precisamente, de cómo vivamos el amor a Dios, el amor al prójimo, de esa manera también nosotros nos vamos a encontrar con Dios. Mirándola a Ella es una forma de darnos cuenta que nosotros también, en nuestra vida, estamos llamados a fortalecernos en la fe, y con la ayuda de Dios, como lo hizo con la Virgen, podemos ser cada vez mejores”.
“Es un desafío para poder desempeñarnos bien, con honestidad, con justicia en cada cosa que emprendemos en la escuela, en casa, en el trabajo. Pensemos un poco lo que podríamos llegar a lograr si por un instante, como hizo la Virgen, escuchamos la voz de Dios, nos dejamos guiar por su voluntad, dejando que el Señor obre en nuestra vida, y eso no es quedarse quieto; no…, sabiendo las cosas buenas que podemos realizar, escuchando esa Voz en nuestro interior que nos orienta. De esta manera podemos lograr grandes cosas como hizo la Virgen en su propia vida.
En esta Fiesta de la Virgen tratemos de descubrir su ejemplo que es lo que nos tiene que mover también a nosotros, nos tiene que alentar en medio de las dificultades. Preguntémonos: Frente a esto, qué hubiera hecho la Virgen. Frente a esto, qué me pide el Señor. Quizás tenemos debilidades que nos cuestan dejarlas: el cigarrillo, el alcohol. Quizás nuestra debilidad es pelearnos y discutir con los demás y no podemos dejarlo. Cuántas veces nos fijamos en los defectos del otro, pero yo tengo que empezar a cambiar y hacer las cosas distintas.
En las Lecturas escuchábamos el poder de Jesucristo sobre la muerte y sobre el pecado, y ese mismo poder los tenemos nosotros también para salir adelante. Para eso tenemos que escucharlo a Él, hay que rezar, leer la Palabra, ahí es donde encontramos las respuestas a nuestras dificultades.
A veces Dios se vale del consejo de algún amigo. Saber descubrir que allí también Dios nos está hablando.
Pidamos a Señor en esta Fiesta de la Virgen que lo que ella nos muestra que pudo realizar, también con su ayuda lo queremos realizar cada uno de nosotros. Que así sea.”

No hay comentarios.: