Titulo

¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

domingo, 13 de febrero de 2011

Homilía del Domingo 13 de Febrero de 2011

En su homilía del día, el P. Javier comparó a la “Nueva Ley” de Jesús como las márgenes de un río que lo encausan. Si el río se desmadra viene la muerte, la destrucción. La Ley tiene que ser iluminación y guía del camino a seguir, dijo, no una carga, un peso como ocurría con los preceptos y normas de los escribas y fariseos en la época de Jesús, que en nombre de Dios imponían normas a cumplir que eran obsesivas, privando a los judíos de la verdadera libertad que quiere Dios para sus hijos.
Jesús viene, no a romper con la Ley, sino a poner las cosas en su lugar. Esta Nueva Ley que Jesús proclama en lo que se conoce como el Sermón de la Montaña, es mucho más simple que las exigencias a lo que estaban sometidos los judíos, esta Ley nace del interior del corazón, es decir, nace del respeto al prójimo; ver al otro con los ojos de Dios. Esta Ley se resume en pocas palabras: ama tanto y cuanto te gustaría que te amen.
“Si nos enojamos con un vecino es más fácil difamarlo, denunciarlo públicamente, calumniarlo, cuando en realidad lo que pide Jesús es que en el silencio de mi corazón rece por él. Ver al otro como la criatura creada por Dios, y no como “algo” para satisfacer mis apetitos personales.”
“Esta es la Ley de Dios; la Ley del Amor, que nace del corazón del hombre y no del individualismo externo.”
“Pidamos a María, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que en este día, escuchando la Palabra del Señor, descubramos el verdadero sentido de la Ley, no como algo vacío sino como algo que me lleva a Dios y a relacionarme mejor con el prójimo. Que así sea.”

En esta celebración también participamos del Bautismo de Luciana Abigail Cejas.

No hay comentarios.: