Para que no olvidemos lo que nuestros padres han hecho por nosotros... y que el día de los padres es cada día de nuestra existencia.
Que Dios, que es Padre, es Hijo, y es Espíritu Santo, bendiga y acompañe a todos los padres en su vida.
Por los que no están, elevamos una plegaria para que los abrace en su Eterno Amor.
Titulo
domingo, 19 de junio de 2011
lunes, 13 de junio de 2011
Pentecostés
Origen de la fiesta
Los judíos celebraban una fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días después de la pascua. De ahí viene el nombre de Pentecostés. Luego, el sentido de la celebración cambió por el dar gracias por la Ley entregada a Moisés.
En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de ellos. Celebraban así, la alianza del Antiguo Testamento que el pueblo estableció con Dios: ellos se comprometieron a vivir según sus mandamientos y Dios se comprometió a estar con ellos siempre.
La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la fiesta de Pentecostés.
En el marco de esta fiesta judía es donde surge nuestra fiesta cristiana de Pentecostés.
Fuente: catholic.net
Para reflexionar
Concluye el tiempo pascual, y en la fiesta de Pentecostés que celebramos este domingo, revivimos el nacimiento de la Iglesia y el cumplimiento de la promesa que nos hiciera Jesús: la Venida del Espíritu Santo.
Bajo estas consignas, cabe preguntarnos, entonces, si estamos siendo dóciles a la acción de este Santo Espíritu, si experimentamos y consideramos como real la presencia del Espíritu Santo en la iglesia actual, y si encontramos en esta figura de la tercera persona de la Santísima Trinidad, la fortaleza, la iluminación y el sostén necesario para seguir llevando a cabo nuestra tarea evangelizadora.
Para motivar estas reflexiones, les sugiero la lectura del siguiente cuento, basado en un suceso atribuido a San Vicente Ferrer (1), tomado del libro Parábolas para una vida más feliz, del P. Eusebio Gómez Navarro (SAN PABLO):
A San Vicente Ferrer le comunicaron que en la reunión en la que tenía que predicar, estarían presentes varios personajes muy importantes. Vicente se afligió: se puso a preparar con mucho esmero su sermón.
A muchos no les gustó ese sermón. Vicente no había estado tan profundo como en otras ocasiones. Vicente se dio cuenta de que le había dado mucha importancia a la sabiduría humana y se había olvidado de lo principal: del poder del Espíritu Santo.
Para la nueva predicación se volvió a preparar, pero dando suma importancia a la oración, a la meditación. Todos quedaron conmovidos ante la nueva prédica.
Algunos le dijeron a Vicente que el sermón del día anterior no les había llegado al alma, pero que el de ese día los había penetrado muy hondo. Vicente respondió:
“Es que ayer habló Vicente; hoy, en cambio, habló el Espíritu Santo”.
(Hugo Estrada, en “Parábolas para una vida más feliz”, Eusebio Gómez Navarro, SAN PABLO, 1º edición, 2010)
domingo, 5 de junio de 2011
Homilía 7º Domingo de Pascua
El P. Sergio, en su homilía, relacionó las Lecturas del día con la entrega de las Oraciones (Padre Nuestro; Ave María y Credo) a los niños de los distintos niveles de Catequesis.
“Todo en la historia tiene una continuidad”, dijo. “Uno termina una etapa e inmediatamente inicia otra. Ustedes chicos, reciben hoy una tarjetita con la oración como signo de haberla aprendido y que la rezan, y la deben seguir rezando, todas las noches, y es este un gran acontecimiento en la catequesis porque los anima a seguir profundizando en la fe. Así también es la historia de la Iglesia. Imaginen, Jesús le enseñó a sus discípulos, hace más de dos mil años, el Padrenuestro y nosotros lo seguimos rezando hoy porque ha habido catequistas, laicos, sacerdotes que se han encargado de comunicar el Anuncio de Jesús”.
“Eso es continuidad. Debemos continuar rezando, amando a Jesús. No debemos tener vergüenza de anunciar en nuestros ámbitos la Buena Noticia, porque esa es la misión que nos ha dejado el Señor.”
Más adelante hizo referencia también a lo importante que desde las familia se de continuidad al cariño, el respecto, las buenas costumbres. “Cuando hablamos de esperanza nos referimos a que esperamos que algo bueno nos llegue en el futuro, pero para eso tenemos que comenzar hoy nosotros para que con nuestras acciones y nuestras palabras contribuyamos a la esperanza de un mundo mejor.”
Al finalizar la celebración, los niños de los distintos niveles de catequesis recibieron las oraciones bendecidas como recordatorio de su continuidad en la formación en la Fe.
“Todo en la historia tiene una continuidad”, dijo. “Uno termina una etapa e inmediatamente inicia otra. Ustedes chicos, reciben hoy una tarjetita con la oración como signo de haberla aprendido y que la rezan, y la deben seguir rezando, todas las noches, y es este un gran acontecimiento en la catequesis porque los anima a seguir profundizando en la fe. Así también es la historia de la Iglesia. Imaginen, Jesús le enseñó a sus discípulos, hace más de dos mil años, el Padrenuestro y nosotros lo seguimos rezando hoy porque ha habido catequistas, laicos, sacerdotes que se han encargado de comunicar el Anuncio de Jesús”.
“Eso es continuidad. Debemos continuar rezando, amando a Jesús. No debemos tener vergüenza de anunciar en nuestros ámbitos la Buena Noticia, porque esa es la misión que nos ha dejado el Señor.”
Más adelante hizo referencia también a lo importante que desde las familia se de continuidad al cariño, el respecto, las buenas costumbres. “Cuando hablamos de esperanza nos referimos a que esperamos que algo bueno nos llegue en el futuro, pero para eso tenemos que comenzar hoy nosotros para que con nuestras acciones y nuestras palabras contribuyamos a la esperanza de un mundo mejor.”
Al finalizar la celebración, los niños de los distintos niveles de catequesis recibieron las oraciones bendecidas como recordatorio de su continuidad en la formación en la Fe.
sábado, 4 de junio de 2011
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