"Tres son las tareas a las que hoy se comprometen: -dijo- primero, rezar mucho por su ahijada; segundo, participar de los sacramentos, es una buena oportunidad para reavivar esta práctica, porque la fe se transmite, más que con las palabras, con el testimonio, y tercero, si por voluntad de Dios esta niña quedara sola, ustedes son quienes asumen la patria potestad, quienes deberán cuidarla, educarla y guiarla en esta vida."



Valentina, después de ser bautizada, participó junto a sus padres y toda la comunidad, de la oración del Padrenuestro. Al finalizar la Misa, el P. Javier la consagró a la Virgen María.
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