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¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos!

sábado, 22 de agosto de 2009

Santa María Reina

Cristo es Rey tanto por derecho propio como por derecho de conquista. En el primer caso lo es como hombre y como Dios. Jesucristo en cuanto hombre, por su Unión
Hipostática con el Verbo, recibió del Padre "la potestad, el honor y el reino" (Dan 7,13-14) y, en cuanto Verbo de Dios, es el Creador y Conservador de todos cuanto existe, por lo mismo, tiene pleno y absoluto poder en toda la creación (Jn 1,1ss). En el segundo caso es Rey por derecho de conquista en virtud de haber rescatado al género humano de la esclavitud en la que se encontraba, al precio de su sangre, mediante su Pasión y Muerte en la Cruz (1Ped 1,18-19).
De la unión con Cristo Rey deriva, en María Reina, tan esplendorosa sublimidad, que supera la excelencia de todas las cosas creadas; de esta misma unión nace su poder regio, por el que Ella puede dispensar los tesoros del reino del Divino Redentor; en fin, en la misma unión con Cristo tiene origen la eficacia inagotable de su materna intercesión con su Hijo y con el Padre (cfr. Pío XII, Enc. Mystici corporis, 29-06-1943).
Santa María como Reina y Madre del Rey es coronada en sus imágenes -según costumbre de la Iglesia- para simbolizar por este modo el dominio y poder que tiene sobre todos los súbditos de su reino.

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