
Jesucristo bajó para que nosotros pudiéramos ser elevados. Mirar la cruz no nos hunde en la desesperación de la muerte, sino que nos eleva a la esperanza de la vida. Para eso vino Jesucristo a este mundo: para levantarnos de nuestras depresiones y fatigas, de todo lo que nos arrastra para abajo. Para que podamos levantar cabeza y andar más ligeros, con la vista puesta en el amor salvador que nos encamina.
Esta fiesta se celebra el 14 de septiembre de cada año, día que
Santa Elena, madre del Rey Constantino, encontró la Santa Cruz en Jerusalen, lugar en el que luego Constantino hiciera levantar la Catedral del Santo Sepulcro.
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