“Humildad es andar en verdad, es descubrir la verdad y vivirla de esa manera”, comenzó diciendo el P. Sergio hoy en su homilía, conforme a las Lecturas del día (Eclo 3, 17-29; Heb 12, 18-24 y Lc 14, 7-14) que invitan a que “cuando más grandes seas, más humilde debes ser.”
“Ser humilde –continuó– es ser consciente de lo que uno puede y de lo que no puede. Entonces, cuando uno puede realizar algo lo hace de corazón, cuando se da cuenta de que no puede pide ayuda, pide un consejo. Pero esto no significa dejarnos pasar por encima, o no hacer nada. Eso no es ser humilde. Ser humilde es reconocer la verdad, reconocer las limitaciones, reconocer lo que corresponde: progresar, crecer, defenderse según las normas y leyes, y de esa forma uno vive la humildad como cristiano, como católico y como ciudadano.
Si comparamos con lo contrario de lo que es la humildad podemos comprenderlo mejor todavía. Porque, qué pasa cuando uno no es humilde: miente, engaña, aparenta ser otra persona… eso es soberbia… orgullo.
El soberbio no puede por un instante quedar en un segundo plano. No tolera no decir la última palabra, trata de ganar siempre, por eso maneja las situaciones de tal forma con orgullo y soberbia para que se termine haciendo lo que él quiere.
Observemos que en muchas oportunidades, en todos los órdenes de la vida, muchas veces tratamos de eludir nuestras responsabilidades y obligaciones, desde saltearnos a los que están en la cola del banco porque el cajero es amigo, o engancharnos entre tres o cuatro para pagar menos el cable, o especular con los impuestos… y si podemos zafar, mejor. Por eso el Evangelio de hoy nos pide que no tratemos de conseguir todo a cualquier precio, o figurar en el primer lugar.
En la segunda parte del Evangelio, Jesús se dirige al que lo había invitado diciéndole que cuando quiera organizar una fiesta no invite solamente a los que sabe que lo van a recompensar. Acá en la comunidad se organizan muchas cosas para aquellos que saben que no van a devolver algo parecido: un chocolate para el día del niño o la copa de leche, por ejemplo, y nadie está pidiendo que después lo inviten, o hace el chocolate para uno pocos, sino que para todos aquellos que quieran y puedan venir.
Cuando organicemos algo, ya sea en un club, una comisión, o acá en la Capilla misma, que no sea para figurar, para ser primero, para salir en la foto o para quedar bien con el intendente, el concejal… sino que sea un verdadero servicio desinteresado el cual nos hace estar primeros a los ojos de Dios.
Vamos a pedirle al Señor que cuando estemos progresando o si estamos brindando un servicio a la comunidad que realmente nos preguntemos si lo estamos haciendo con justicia, con verdadera humildad como hijos de Dios. Vivir así es también la manera de ser agradecidos a Dios que nos da la vida, ser agradecidos de darnos cuenta de la importancia de progresar. Pidamos al Señor que nos anime y fortalezca en ese tipo de tareas. Ave María Purísima, sin pecado concebida.”
Titulo
domingo, 29 de agosto de 2010
domingo, 22 de agosto de 2010
Homilía 21º Domingo durante el año
El Evangelio del día (Lc 13, 22-30) plantea el interrogante de que cuántos se salvarán. “Es un interrogante –dice el P. Ricardo en su homilía– que de alguna manera está en nuestro inconsciente.”
“Jesús quiere prevenirnos que en este tiempo que nos toca peregrinar por este mundo tenemos la posibilidad de equivocarnos, pero también de arrepentirnos y volver al verdadero camino. Por eso reitera que estemos preparados y por eso dice «traten de entrar por la puerta estrecha», haciendo referencia a las pruebas, las dificultades. Esa puerta estrecha de la soledad, el dolor, los proyectos no alcanzados. Esa puerta estrecha de nuestros propios vicios que quisiéramos desterrar.
Dios nos sacude para que tomemos conciencia que la Vida Eterna sólo se alcanza pasando estas pruebas, estas dificultades, y son por nuestro beneficio. Recordemos el Libro del Génesis donde se nos habla de un Paraíso pero que evidentemente lo perdimos por ejercer la libertad. Lo perdimos con nuestras transgresiones, nuestros errores, nuestra ignorancia, flaquezas y debilidades.
Dios como buen Padre nos aconseja, nos corrige para que no erremos el camino, para que no tomemos un camino fácil, un camino talvez un poco más amplio donde todo esté permitido, porque no es el camino correcto por el que nos podemos desviar y perder. Todo padre corrige a sus hijos, los reprende, se enoja a veces. Dios también hace sentir su corrección para que arribemos a buen puerto. Nos corrige, nos reprende porque nos ama. La corrección por momentos duele pero es por nuestro propio bien. Las dificultades, el dolor, las pruebas en definitiva nos van acomodando para poder pasar por esa puerta estrecha al Reino de Dios.
Todo no es hoy, aquí y ahora. Esa es otra puerta estrecha que debemos pasar. Pareciera que todo debe ser ya, ahora, aquí. Todo es inmediato. Vivimos sobre exigidos por ser perfectos. Pareciera que si no se logra el éxito ya no hay eficacia, nadie nos toma en cuenta, no hay amor. Las consecuencias es una vida sin tranquilidad, sin un momento de paz. Dios nos propone vivir no para hoy, sino vivir para siempre, porque Jesús pagó el precio para que nosotros tengamos una vida para siempre. No vivamos como que todo se termina hoy, aquí y ahora.
Vamos a pedirles al Señor que no prediquemos que la vida es aquí y ahora, sino que la vida es inmortal y esa es la esperanza que nos da Jesús.”
Al finalizar la Celebración, el P. Ricardo dio una bendición especial al matrimonio de Bonifacia (Bonicha) y Leonildo Samateo al cumplir 60 años de casados.
“Jesús quiere prevenirnos que en este tiempo que nos toca peregrinar por este mundo tenemos la posibilidad de equivocarnos, pero también de arrepentirnos y volver al verdadero camino. Por eso reitera que estemos preparados y por eso dice «traten de entrar por la puerta estrecha», haciendo referencia a las pruebas, las dificultades. Esa puerta estrecha de la soledad, el dolor, los proyectos no alcanzados. Esa puerta estrecha de nuestros propios vicios que quisiéramos desterrar.
Dios nos sacude para que tomemos conciencia que la Vida Eterna sólo se alcanza pasando estas pruebas, estas dificultades, y son por nuestro beneficio. Recordemos el Libro del Génesis donde se nos habla de un Paraíso pero que evidentemente lo perdimos por ejercer la libertad. Lo perdimos con nuestras transgresiones, nuestros errores, nuestra ignorancia, flaquezas y debilidades.
Dios como buen Padre nos aconseja, nos corrige para que no erremos el camino, para que no tomemos un camino fácil, un camino talvez un poco más amplio donde todo esté permitido, porque no es el camino correcto por el que nos podemos desviar y perder. Todo padre corrige a sus hijos, los reprende, se enoja a veces. Dios también hace sentir su corrección para que arribemos a buen puerto. Nos corrige, nos reprende porque nos ama. La corrección por momentos duele pero es por nuestro propio bien. Las dificultades, el dolor, las pruebas en definitiva nos van acomodando para poder pasar por esa puerta estrecha al Reino de Dios.
Todo no es hoy, aquí y ahora. Esa es otra puerta estrecha que debemos pasar. Pareciera que todo debe ser ya, ahora, aquí. Todo es inmediato. Vivimos sobre exigidos por ser perfectos. Pareciera que si no se logra el éxito ya no hay eficacia, nadie nos toma en cuenta, no hay amor. Las consecuencias es una vida sin tranquilidad, sin un momento de paz. Dios nos propone vivir no para hoy, sino vivir para siempre, porque Jesús pagó el precio para que nosotros tengamos una vida para siempre. No vivamos como que todo se termina hoy, aquí y ahora.
Vamos a pedirles al Señor que no prediquemos que la vida es aquí y ahora, sino que la vida es inmortal y esa es la esperanza que nos da Jesús.”
Al finalizar la Celebración, el P. Ricardo dio una bendición especial al matrimonio de Bonifacia (Bonicha) y Leonildo Samateo al cumplir 60 años de casados.
Felicitaciones..!
domingo, 15 de agosto de 2010
Homilía 15 de Agosto
En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María en Cuerpo y Alma al Cielo, el P. Sergio recordó que “todos estamos llamados a la santidad”. “Pensemos –dijo– que María antes de ser Madre del Hijo de Dios fue mujer que nació, creció, se esforzó, fue logrando cualidades y virtudes, se formó, trabajó, seguramente tuvo que aprender a leer y escribir, pero siempre escuchando la voz de Dios, respetándola y cumpliéndola con humildad y amor”.
“Por eso, la Asunción debe recordarnos la seguridad de la vida eterna, y precisamente, de cómo vivamos el amor a Dios, el amor al prójimo, de esa manera también nosotros nos vamos a encontrar con Dios. Mirándola a Ella es una forma de darnos cuenta que nosotros también, en nuestra vida, estamos llamados a fortalecernos en la fe, y con la ayuda de Dios, como lo hizo con la Virgen, podemos ser cada vez mejores”.
“Es un desafío para poder desempeñarnos bien, con honestidad, con justicia en cada cosa que emprendemos en la escuela, en casa, en el trabajo. Pensemos un poco lo que podríamos llegar a lograr si por un instante, como hizo la Virgen, escuchamos la voz de Dios, nos dejamos guiar por su voluntad, dejando que el Señor obre en nuestra vida, y eso no es quedarse quieto; no…, sabiendo las cosas buenas que podemos realizar, escuchando esa Voz en nuestro interior que nos orienta. De esta manera podemos lograr grandes cosas como hizo la Virgen en su propia vida.
En esta Fiesta de la Virgen tratemos de descubrir su ejemplo que es lo que nos tiene que mover también a nosotros, nos tiene que alentar en medio de las dificultades. Preguntémonos: Frente a esto, qué hubiera hecho la Virgen. Frente a esto, qué me pide el Señor. Quizás tenemos debilidades que nos cuestan dejarlas: el cigarrillo, el alcohol. Quizás nuestra debilidad es pelearnos y discutir con los demás y no podemos dejarlo. Cuántas veces nos fijamos en los defectos del otro, pero yo tengo que empezar a cambiar y hacer las cosas distintas.
En las Lecturas escuchábamos el poder de Jesucristo sobre la muerte y sobre el pecado, y ese mismo poder los tenemos nosotros también para salir adelante. Para eso tenemos que escucharlo a Él, hay que rezar, leer la Palabra, ahí es donde encontramos las respuestas a nuestras dificultades.
A veces Dios se vale del consejo de algún amigo. Saber descubrir que allí también Dios nos está hablando.
Pidamos a Señor en esta Fiesta de la Virgen que lo que ella nos muestra que pudo realizar, también con su ayuda lo queremos realizar cada uno de nosotros. Que así sea.”
domingo, 8 de agosto de 2010
INVITACIÓN
Caminemos juntos, todos los jóvenes de La Paz, San Gustavo, localidades vecinas, y pongamos nuestras intenciones y agradecimientos a los Pies de Jesús.
Hacia Cristo sin perder pisada
Homilía 19º Domingo durante el año
“El capítulo 12 del Evangelio, san Lucas lo termina con una serie de enseñanzas de Jesús. Iluminado por el Espíritu Santo, pareciera que Lucas se acuerda y escribe todas las parábolas juntas.” –comenzó diciendo el P. Javier en la homilía correspondiente al Domingo XIX durante el año.
Para la reflexión, se detiene en dos aspectos fundamentales de esta Lectura (Lc 12, 32-48), primero “aprovechando que hoy se festeja el Día del Niño” toma las primeras palabras de Jesús: «No temas, pequeño Rebaño».
“Muchas veces, por no decir siempre –dijo– ustedes, chicos, ven en nosotros malos ejemplos. Entonces dirán ¿para qué me voy a preparar para la Primera Comunión o la Confirmación? ¿para qué voy a rezar si mamá y papá se pelean siempre, se pelean mis vecinos, mis amigos?. Por eso Jesús les dice «no teman», «no teman porque el Reino de Dios es para ustedes». Es en la Catequesis donde comienzan a conocer el Amor de Dios. El Amor de ese Reino que ya está entre nosotros y llega a su plenitud en Jesús. Por eso, chicos, no hay que tener miedo. «No teman…», son las palabras que más veces repite Jesús a lo largo de los Evangelios. Jesús sabe que tenemos miedo pero son esas experiencias del Amor de Dios las que nos animan, aún cuando las cruces son difíciles de llevar”
Más adelante se centra en otra frase de Jesús: «Vendan todo y denlos como limosna».
“El «vender todo», en términos de Jesús, es deshacerse de todo aquello que sólo agrega peso a la mochila con la que debemos peregrinar hacia la Casa del Padre: culpas que no son nuestras, trabajo que podríamos compartir con otros, falta de amor, egoísmo y tantas otras cosas en el plano espiritual. Pero también pensemos en lo material. Cuánto nos hemos afanado en el trabajo olvidándonos de la familia. Cuántas veces hemos puesto en la mochila el dios “dinero”, los vicios… y se va haciendo cada vez más pesada. Por eso Jesús nos dice: vendan todo, sáquense ese peso de encima. Y Él mismo nos da el ejemplo. Cuando llevaba la Cruz necesitaba que alguien lo ayudara, y ahora quiere ayudarnos a nosotros, quiere que nos liberemos de esa carga.
Pidamos entonces a Jesús que nos ayude a descubrir esa presencia del Reino entre nosotros, y que sepamos también liberarnos de esa carga para poder caminar sin temor al encuentro de Dios. Que así sea.”
Al finalizar la Santa Misa, los niños del barrio fueron agasajados en su Día con un chocolate que se sirvió en el Salón Comunitario de la Capilla.
Para la reflexión, se detiene en dos aspectos fundamentales de esta Lectura (Lc 12, 32-48), primero “aprovechando que hoy se festeja el Día del Niño” toma las primeras palabras de Jesús: «No temas, pequeño Rebaño».
“Muchas veces, por no decir siempre –dijo– ustedes, chicos, ven en nosotros malos ejemplos. Entonces dirán ¿para qué me voy a preparar para la Primera Comunión o la Confirmación? ¿para qué voy a rezar si mamá y papá se pelean siempre, se pelean mis vecinos, mis amigos?. Por eso Jesús les dice «no teman», «no teman porque el Reino de Dios es para ustedes». Es en la Catequesis donde comienzan a conocer el Amor de Dios. El Amor de ese Reino que ya está entre nosotros y llega a su plenitud en Jesús. Por eso, chicos, no hay que tener miedo. «No teman…», son las palabras que más veces repite Jesús a lo largo de los Evangelios. Jesús sabe que tenemos miedo pero son esas experiencias del Amor de Dios las que nos animan, aún cuando las cruces son difíciles de llevar”
Más adelante se centra en otra frase de Jesús: «Vendan todo y denlos como limosna».
“El «vender todo», en términos de Jesús, es deshacerse de todo aquello que sólo agrega peso a la mochila con la que debemos peregrinar hacia la Casa del Padre: culpas que no son nuestras, trabajo que podríamos compartir con otros, falta de amor, egoísmo y tantas otras cosas en el plano espiritual. Pero también pensemos en lo material. Cuánto nos hemos afanado en el trabajo olvidándonos de la familia. Cuántas veces hemos puesto en la mochila el dios “dinero”, los vicios… y se va haciendo cada vez más pesada. Por eso Jesús nos dice: vendan todo, sáquense ese peso de encima. Y Él mismo nos da el ejemplo. Cuando llevaba la Cruz necesitaba que alguien lo ayudara, y ahora quiere ayudarnos a nosotros, quiere que nos liberemos de esa carga.
Pidamos entonces a Jesús que nos ayude a descubrir esa presencia del Reino entre nosotros, y que sepamos también liberarnos de esa carga para poder caminar sin temor al encuentro de Dios. Que así sea.”
Al finalizar la Santa Misa, los niños del barrio fueron agasajados en su Día con un chocolate que se sirvió en el Salón Comunitario de la Capilla.
sábado, 7 de agosto de 2010
Atentado en La Paz
Una Cruz de madera de aproximadamente 7 metros de altura, colocada en la ciudad de La Paz, sobre las barrancas a orillas del río Paraná, fue derribada intensionalmente por personas desconocidas.
Extracto de las informaciones locales. Pulse aquí
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