EXCELENTE POWER POINT PARA REFLEXIONAR SOBRE LA LECTURA DEL 24/04/2011.
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sábado, 30 de abril de 2011
domingo, 24 de abril de 2011
Pascua de Resurrección
¡JESUCRISTO HA RESUCITADO!
¡VERDADERAMENTE HA RESUCITADO..!La Santa Misa de Pascua de Resurrección se celebró en nuestra Capilla hoy a las 10:30 Hs.
Algunas imágenes de lo vivido.
En las ofrendas, junto a los dones, se acercan al Altar pequeños panes, que son distribuidos entre los presentes al finalizar la celebración. Estos reciben el nombre de "Eulogias" que significa "alegría que se comparte".
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La Noche de todas las Noches
La Vigilia Pascual es, según el Misal Romano "la madre de todas las vigilias" y celebra el acontecimiento cumbre de la historia de la salvación, que es la Resurrección del Señor.
Esperamos este momento para significar que la Resurrección de Jesús, ocurrida entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, es la Luz que disipa todas las oscuridades de nuestras vidas.
La Vigilia Pascual, este año, no se realizó en nuestra Capilla, sino en la Capilla "Santa Rita de Casia". La secuencia fotográfica ilustra cada momento de la Celebración.
Primera parte
Esperamos este momento para significar que la Resurrección de Jesús, ocurrida entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, es la Luz que disipa todas las oscuridades de nuestras vidas.
La Vigilia Pascual, este año, no se realizó en nuestra Capilla, sino en la Capilla "Santa Rita de Casia". La secuencia fotográfica ilustra cada momento de la Celebración.
Primera parte
LITURGIA DE LA LUZ
Luz que ilumina a todo hombre, simbolizado en el Cirio Pascual, imagen de Cristo Resucitado.Segunda parte
LITURGIA DE LA PALABRA
Las lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento muestran a grandes pinceladas el amor maravilloso de Dios.Tercera parte
LITURGIA BAUTISMAL
Jesús anunció que era necesario “renacer por medio del agua y del Espíritu Santo”.Cuarta parte
LITURGIA EUCARÍSTICA
Junto con el pan y el vino ofrecemos al Señor la decisión de vivir la nueva vida de resucitados junto a Jesús.
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sábado, 23 de abril de 2011
Institución de la Eucaristía
Jesús, en la Última Cena, instituye dos Sacramentos: la Eucaristía y el Orden Sagrado. Además da a sus discípulos un ejemplo de servicio desconcertante: les lava los pies, tarea destinada a los esclavos. El Maestro y Señor nos dice a todos sus discípulos "Hagan ustedes lo mismo".
También desconcierta a sus apóstoles diciéndole: "Esto es Mi Cuerpo", "Esto es Mi Sangre", e insiste "Hagan esto en mi memoria".
¡Cuántos signos! ¡Cuánto misterio en sus palabras! Aún hoy, dos mil años después, debemos seguir meditando profundamente para poder comprender todo el amor y todas las enseñanzas depositadas antes, durante y después de la Cruz.
La Santa Misa de la Cena del Señor se celebró en una capilla cercana a la nuestra: Santa Rita.
El P. Javier, antes de la celebración, Consagró nuevas vestiduras destinadas al Culto.
Después del Lavatorio de los Pies, los "apóstoles" subieron al Altar para acompañar al Sacerdote durante la Consagración.
También desconcierta a sus apóstoles diciéndole: "Esto es Mi Cuerpo", "Esto es Mi Sangre", e insiste "Hagan esto en mi memoria".
¡Cuántos signos! ¡Cuánto misterio en sus palabras! Aún hoy, dos mil años después, debemos seguir meditando profundamente para poder comprender todo el amor y todas las enseñanzas depositadas antes, durante y después de la Cruz.
La Santa Misa de la Cena del Señor se celebró en una capilla cercana a la nuestra: Santa Rita.
El P. Javier, antes de la celebración, Consagró nuevas vestiduras destinadas al Culto.
Después del Lavatorio de los Pies, los "apóstoles" subieron al Altar para acompañar al Sacerdote durante la Consagración.
viernes, 22 de abril de 2011
jueves, 21 de abril de 2011
domingo, 17 de abril de 2011
Homilía del Domingo de Ramos
“Más allá de lo extenso de las Lecturas de hoy, lo importante es llegar a comprender el significado de «Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo»”, comenzó diciendo en su homilía el P. Lionel.
“Primero vemos con qué algarabía reciben a Jesús como Rey. Allí en Jerusalén salieron muchos niños a recibirlo, cuenta la historia. Ellos en su inocencia están muchos más cerca del Señor y entienden las cosas de Dios mucho más rápido, mucho más simple que nosotros los mayores, y también en aquel momento son capaces de reconocer el verdadero Reinado de Jesús, no como los adultos que esperaban un mesías político que los liberara del sometimiento en el que se encontraban. Ellos sólo esperaban una liberación terrenal y temporal, pero Jesús no viene a darnos esa libertad sino a liberarnos de la esclavitud que trae el pecado. Por eso es importante «ser como niños» para poder entender y aceptar a Jesús que viene a Reinar en nuestros corazones, a ser Rey de nuestras vidas… de ¡todo! cuanto hagamos en esta vida. Es en Él donde encontramos el verdadero sentido de nuestra existencia”
También explicó el motivo por el cual Jesús se traslada a Jerusalén para vivir su Pasión. “Allí estaba el Templo donde habitaba Dios. Existían otras capillas llamadas sinagogas pero para los Judíos «Dios vivían en el Templo de Jerusalén». Jesús se traslada al centro del culto judío para instaurar un nuevo y verdadero lugar de encuentro entre Dios y los hombres. Ya no existe un lugar físico, es a través de Jesús que nos encontramos con Dios. Es toda su persona, Cuerpo y Alma, el nuevo lugar donde Dios habita y se hace presente una vez y para siempre.”
Para finalizar, recordó la importancia de esta Semana, “la más importante de los cristianos”, y dijo, “no importa tanto si hago o dejo de hacer ayuno o abstinencia, por supuesto que eso ayuda –aclaró-, pero lo verdaderamente importante es que meditemos y guardemos en nuestro corazón lo que Jesús vivió y nos regaló en esta semana: su vida para que tengamos Vida Eterna, y además, por amor también, se quiso quedar para siempre en la Eucaristía, en el Sacerdocio y en el servicio a los hermanos el Jueves; el Viernes muere por amor a nosotros y también por amor resucita una vez y para siempre garantizándonos Vida para siempre.
Quiera Dios que en esa expresión de Felices Pascuas que nos deseemos el próximo domingo no sea solo eso: un deseo, sino un verdadero resucitar al hombre nuevo, muriendo al mal carácter, al egoísmo, la falta de fe, la soberbia… cada uno sabrá a que tiene que morir para poder resucitar junto a Jesús. Amén.”
“Primero vemos con qué algarabía reciben a Jesús como Rey. Allí en Jerusalén salieron muchos niños a recibirlo, cuenta la historia. Ellos en su inocencia están muchos más cerca del Señor y entienden las cosas de Dios mucho más rápido, mucho más simple que nosotros los mayores, y también en aquel momento son capaces de reconocer el verdadero Reinado de Jesús, no como los adultos que esperaban un mesías político que los liberara del sometimiento en el que se encontraban. Ellos sólo esperaban una liberación terrenal y temporal, pero Jesús no viene a darnos esa libertad sino a liberarnos de la esclavitud que trae el pecado. Por eso es importante «ser como niños» para poder entender y aceptar a Jesús que viene a Reinar en nuestros corazones, a ser Rey de nuestras vidas… de ¡todo! cuanto hagamos en esta vida. Es en Él donde encontramos el verdadero sentido de nuestra existencia”
También explicó el motivo por el cual Jesús se traslada a Jerusalén para vivir su Pasión. “Allí estaba el Templo donde habitaba Dios. Existían otras capillas llamadas sinagogas pero para los Judíos «Dios vivían en el Templo de Jerusalén». Jesús se traslada al centro del culto judío para instaurar un nuevo y verdadero lugar de encuentro entre Dios y los hombres. Ya no existe un lugar físico, es a través de Jesús que nos encontramos con Dios. Es toda su persona, Cuerpo y Alma, el nuevo lugar donde Dios habita y se hace presente una vez y para siempre.”
Para finalizar, recordó la importancia de esta Semana, “la más importante de los cristianos”, y dijo, “no importa tanto si hago o dejo de hacer ayuno o abstinencia, por supuesto que eso ayuda –aclaró-, pero lo verdaderamente importante es que meditemos y guardemos en nuestro corazón lo que Jesús vivió y nos regaló en esta semana: su vida para que tengamos Vida Eterna, y además, por amor también, se quiso quedar para siempre en la Eucaristía, en el Sacerdocio y en el servicio a los hermanos el Jueves; el Viernes muere por amor a nosotros y también por amor resucita una vez y para siempre garantizándonos Vida para siempre.
Quiera Dios que en esa expresión de Felices Pascuas que nos deseemos el próximo domingo no sea solo eso: un deseo, sino un verdadero resucitar al hombre nuevo, muriendo al mal carácter, al egoísmo, la falta de fe, la soberbia… cada uno sabrá a que tiene que morir para poder resucitar junto a Jesús. Amén.”
sábado, 16 de abril de 2011
Semana Santa
¡Mirá a Jesús! ¡Mirá su Faz adorable..! ¡Mirá sus ojos apagados y sumisos..! ¡Mirá sus llagas..! ¡Mirá a Jesús en su Faz..! allí verás cómo nos ama...
Santa Teresita del Niño Jesús
lunes, 11 de abril de 2011
Delante de un crucifijo...
Se aproxima mayo... el 1º de Mayo... San José, Obrero. Día dedicado a los trabajadores... ¡a todos los TRABAJADORES!
La Iglesia no pudo haber elegido mejor día para la Beatificación del más Grande Trabajador por la Fe.
Oremos para que él nos conceda un corazón dispuesto a vivir por el anuncio del Evangelio.
La Iglesia no pudo haber elegido mejor día para la Beatificación del más Grande Trabajador por la Fe.
Oremos para que él nos conceda un corazón dispuesto a vivir por el anuncio del Evangelio.
A JUAN PABLO II...
domingo, 10 de abril de 2011
Tan cerca de mi, que hasta lo puedo tocar...
El próximo domingo ingresamos a la Semana más importante para los cristianos: la Semana Santa, que nos invita a contemplar e interiorizar los últimos momentos de la vida terrena de Jesús.
Comienza con el Domingo de Ramos, donde la Iglesia recuerda el acontecimiento histórico de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y, con el relato de la Pasión, nos anuncia la muerte de Jesucristo.
Para ir preparándonos y poder participar más activamente en nuestras comunidades adjuntamos aquí el texto de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo, correpondiente a este Ciclo A.
Comienza con el Domingo de Ramos, donde la Iglesia recuerda el acontecimiento histórico de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y, con el relato de la Pasión, nos anuncia la muerte de Jesucristo.
Para ir preparándonos y poder participar más activamente en nuestras comunidades adjuntamos aquí el texto de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo, correpondiente a este Ciclo A.
5º Domingo de Cauresma
En este último domingo de Cuaresma, el Evangelio nos pone de cara a un misterio que no pocas veces nos genera dudas: la resurrección.
"Yo soy la resurrección y la vida" asegura el Señor, y lo demuestra con la resurreción de su amigo Lázaro, pero no por su propia gloria, sino, como Él mismo lo manifiesta, "...es para gloria de Dios" y "servirá para que crean", y así mismo son muchos los planteos al respecto.
El Santo Padre, hoy, durante su mensaje dominical por la bendición con el Angelus, ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, evocó este pasaje bíblico.
"¡Esta es la verdadera novedad que irrumpe y supera toda barrera! Cristo abate el muro de la muerte, en Él habita toda la plenitud de Dios, que es vida, vida eterna".
"También entre los cristianos –agregó- la fe en la resurrección y en la vida eterna se acompaña no raramente de tantas dudas, de tanta confusión, porque se trata finalmente de una realidad que sobrepasa los límites de nuestra razón y exige un acto de fe".
Según el obispo de Roma la muerte no tuvo poder sobre Jesucristo porque Él, al ser Dios, tiene un dominio sobre la muerte física, lo cual quedó demostrado con la resurrección de Lázaro.
Aclaró que existe otra muerte, que a Cristo le costó la lucha más dura, con el precio de la cruz: es la muerte espiritual, el pecado, que amenaza con arruinar la existencia de todo ser humano".
"Para vencer esta muerte Cristo murió, y su resurrección no es un regreso a la vida precedente, sino la apertura de una nueva realidad, una nueva tierra, finalmente unida con el cielo de Dios", sostuvo. (http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=166504)
"Yo soy la resurrección y la vida" asegura el Señor, y lo demuestra con la resurreción de su amigo Lázaro, pero no por su propia gloria, sino, como Él mismo lo manifiesta, "...es para gloria de Dios" y "servirá para que crean", y así mismo son muchos los planteos al respecto.
El Santo Padre, hoy, durante su mensaje dominical por la bendición con el Angelus, ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, evocó este pasaje bíblico.
"¡Esta es la verdadera novedad que irrumpe y supera toda barrera! Cristo abate el muro de la muerte, en Él habita toda la plenitud de Dios, que es vida, vida eterna".
"También entre los cristianos –agregó- la fe en la resurrección y en la vida eterna se acompaña no raramente de tantas dudas, de tanta confusión, porque se trata finalmente de una realidad que sobrepasa los límites de nuestra razón y exige un acto de fe".
Según el obispo de Roma la muerte no tuvo poder sobre Jesucristo porque Él, al ser Dios, tiene un dominio sobre la muerte física, lo cual quedó demostrado con la resurrección de Lázaro.
Aclaró que existe otra muerte, que a Cristo le costó la lucha más dura, con el precio de la cruz: es la muerte espiritual, el pecado, que amenaza con arruinar la existencia de todo ser humano".
"Para vencer esta muerte Cristo murió, y su resurrección no es un regreso a la vida precedente, sino la apertura de una nueva realidad, una nueva tierra, finalmente unida con el cielo de Dios", sostuvo. (http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=166504)
lunes, 4 de abril de 2011
Homilía 4º Domingo de Cuaresma
El P. Javier, en su homilía, relacionó el Evangelio del día con el Libro del Génesis. Dios crea el hombre modelándolo en barro. Jesús hace barro con su saliva y le restituye la vista al ciego, como símbolo de la Creación, devolviéndole la condición de persona, sanándolo. En la época de Jesús los ciegos eran considerados maldecidos, pecadores. “Jesús lo rescata de la oscuridad, le devuelve la luz, le da la vida”.
“Nosotros también, cuando estamos en pecado, estamos en la oscuridad… somos ciegos.”
Jesús, acercándose a su Pascua, se nos manifiesta, domingo tras domingo, como el Camino; el Agua de Vida el domingo pasado, y hoy nos dice que Él es la Luz.”
“Cuando le damos la espalda a Dios, cuando nos alejamos de Él por el pecado no estamos en la Luz.”
“En el Bautismo se nos hecha agua, nos lavamos, y se nos entrega la luz, pero cada vez que pecamos quedamos en la ceguera… y ahí interviene Jesús devolviéndonos la vista, y la condición de hijo que perdimos por el pecado.”
Más adelante se refirió a “otros ciegos”. Los ciegos que no quieren ver la realidad de la presencia de Dios en nuestras vidas. “Esa ceguera se llama soberbia, dijo. Ante un hecho concreto, real, se niegan a ver, no aceptan la nueva condición, como le pasó al ciego del Evangelio que después de sanado nadie creía que fuera él.”
“La soberbia nos enceguece y decimos: «Yo hago lo que quiero»; «Yo decido qué aceptar y qué no»; «Yo decido qué está bien y qué está mal»… eso es soberbia; eso es querer manejar a Dios”.
“Por otro lado, la ceguera de los otros puede hacer que nos sintamos solos, que nadie nos acompañe, que nadie nos entienda: los esposos no acompañan; los hijos no hacen caso después de haberlos educados en la fe, y entonces nos preguntamos ¿dónde está Jesús… dónde está Dios?
Jesús, como con este ciego, está a nuestro lado y nos hace una pregunta; «Aún así ¿crees en Mí?». Cuando nos sentimos solos, aún practicando la fe, debemos abandonarnos en Dios y hacer ahí un acto de fe: ¡Creo, Señor! Y de esa manera se nos va llenado el corazón de algo de Luz.
“Que Cristo nos traiga su Luz, disipe las tinieblas, las cegueras de nuestros ojos y de esta hermosa comunidad de la Medalla Milagrosa. Que así sea.”
“Nosotros también, cuando estamos en pecado, estamos en la oscuridad… somos ciegos.”
Jesús, acercándose a su Pascua, se nos manifiesta, domingo tras domingo, como el Camino; el Agua de Vida el domingo pasado, y hoy nos dice que Él es la Luz.”
“Cuando le damos la espalda a Dios, cuando nos alejamos de Él por el pecado no estamos en la Luz.”
“En el Bautismo se nos hecha agua, nos lavamos, y se nos entrega la luz, pero cada vez que pecamos quedamos en la ceguera… y ahí interviene Jesús devolviéndonos la vista, y la condición de hijo que perdimos por el pecado.”
Más adelante se refirió a “otros ciegos”. Los ciegos que no quieren ver la realidad de la presencia de Dios en nuestras vidas. “Esa ceguera se llama soberbia, dijo. Ante un hecho concreto, real, se niegan a ver, no aceptan la nueva condición, como le pasó al ciego del Evangelio que después de sanado nadie creía que fuera él.”
“La soberbia nos enceguece y decimos: «Yo hago lo que quiero»; «Yo decido qué aceptar y qué no»; «Yo decido qué está bien y qué está mal»… eso es soberbia; eso es querer manejar a Dios”.
“Por otro lado, la ceguera de los otros puede hacer que nos sintamos solos, que nadie nos acompañe, que nadie nos entienda: los esposos no acompañan; los hijos no hacen caso después de haberlos educados en la fe, y entonces nos preguntamos ¿dónde está Jesús… dónde está Dios?
Jesús, como con este ciego, está a nuestro lado y nos hace una pregunta; «Aún así ¿crees en Mí?». Cuando nos sentimos solos, aún practicando la fe, debemos abandonarnos en Dios y hacer ahí un acto de fe: ¡Creo, Señor! Y de esa manera se nos va llenado el corazón de algo de Luz.
“Que Cristo nos traiga su Luz, disipe las tinieblas, las cegueras de nuestros ojos y de esta hermosa comunidad de la Medalla Milagrosa. Que así sea.”
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