Hoy celebró la Santa Misa en nuestra Capilla el P. Daniel Silguero, otro sacerdote hijo de La Paz, que en su homilía resaltó la importancia del servicio como característica primordial del cristiano.
El Evangelio del 27º Domingo “recoge tres temas distintos”: el perdón, la fe y el servicio, y en este último reflexionó el sacerdote.
Remarcando el último versículo de este texto (Lc 17, 3-10), “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”, instó a los fieles a hacerlo suyo como estandarte del cristiano.
“Esta palabra, servidor, nos trae a la mente inmediatamente a la Virgen. Nosotros podríamos entonces preguntarnos en qué consiste ser servidor; cómo se hace para ser servidor del Señor de modo que podamos recibir nuestra recompensa, nuestro salario. Este salario no es material, es un salario de bienes que no pasan y que se nos dará al final de nuestra vida, siempre que hayamos sido buenos servidores. Únicamente así Jesús cumplirá lo que dice en un pasaje del Evangelio: “Vengan benditos de mi Padre”. Es decir, ser benditos de Dios es algo que nos viene dado en la medida que seamos servidores como la Virgen. Y es a Ella a quien tenemos
como modelo, y ¿qué hizo la Virgen para ser servidora? Creyó lo que le había sido anunciado. Esa es la primera condición: tener atentos los oídos del alma para que la Palabra de Dios penetre en nuestro corazón y allí, como María, la podamos meditar. Es difícil, por no decir imposible, ser servidor sin conocer la Palabra. Conociendo la Palabra es que sabemos lo que Dios quiere. Sólo conociendo lo que Dios quiere vamos a poder realizarlo, cumplirlo, ponerlo en obra. Así se va formando el servidor. Voy a ser servidor «Haciendo la voluntad de mi Padre», dice Jesús, y no puedo hacer la voluntad de Dios si no conozco lo que Dios me pide. «Felices ustedes que conociendo todas estas cosas las ponen en práctica», dice en otro versículo. Así nosotros entendemos porque María fue servidora.
Por eso queremos pedirles al Señor que, a ejemplo de María, nos ayude también a nosotros a ser servidores suyos, para que nuestra vida sea un servicio a Dios en los demás y termine realizándose en nosotros aquello que Dios quería cuando nos trajo al mundo, y eso va a depender únicamente de a quién abramos el corazón: a la Palabra de Dios o a las palabras del mundo, es decir, poniéndonos al servicio del mundo, al servicio de nuestros propios gustos, al servicio del pecado. Así la obra de Dios nunca se va a realizar, es decir, mi vida fue un proyecto frustrado, no por culpa de Dios sino porque yo no me puse en el camino del servidor que escucha la Palabra y la practica. Que la Virgen Santísima nos de a nosotros y a ustedes como comunidad ese espíritu de servidor auténtico, fiel y verdadero. Que así sea.”
Al finalizar la Santa Misa, el P. Daniel realizó el envío misionero a integrantes de la Comunidad de Convivencia que realizarán próximanete una misión en el barrio como parte de la preparación espiritual para vivir nuestra Fiesta Patronal en noviembre.
A continuación las imágenes.